El jueves 4 de Agosto se inauguró la muestra «Extraño Presente» de Claudia Fortuna.
Según el calendario católico, era el año 1886 después de la muerte de Cristo.
Me preguntaba si Cristo se habría imaginado como se desarrollaría el mundo luego de su muerte. ¿Podría siquiera fantasear que por las ciudades correrían modernas diligencias; que la música vibraría a través de elegantes fonógrafos y que las calles estarían iluminadas por las recientemente descubiertas lámparas eléctricas? Infinitas preguntas.
La gente que me rodeaba dedicaba sus días a trabajar por la mañana, a sociabilizar por la tarde y a dormir por la noche. Extrañamente, los míos consistían en atormentarme por la mañana con preguntas del pasado y dedicarme por las tardes exclusivamente a preguntas sobre el futuro. Quería saberlo todo y sobre el pasado escrito nada creía. Aún así, debo confesar que los libros de historia funcionaban como calmantes momentáneos y hacían las mañanas llevaderas. ¿Pero quien habría de salvarme de la tortuosa tarde?
Tenía 19 años y mi ocupación de tiempo completo a las preguntas diarias, me habían convertido en una mujer particular. Nada disfrutaba más que sentarme por horas, absorta en el laberinto de los potenciales, a imaginar variadas y disímiles respuestas a cada pregunta.
Pero, por supuesto, que siendo aún joven, también era perseguida por la fantasía de convertirme en una heroína de la vida. El desenlace tan explícito y falto de mística de morir a los 50 años, no tenía relación alguna con la heroína que deseaba ser.
Fue así que la curiosidad, residente permanente en mi vida y el afán de gloria prematura, habían precipitado mi decisión.
Elegí morir para despertar en el futuro.
Un día una tía lejana, dejada de lado por la familia debido a su inclinación a la magia negra, me había contado que si uno muere joven puede renacer por veinticuatro horas en otro tiempo.
Moriría joven y delicadamente, para que mis bellos rasgos no se viesen afectados. Poco importaba perder los predecibles años de mi vida por un viaje mágico que me llevaría a respuestas impensadas y afanosamente buscadas.
Era 27 de Septiembre de 1886, cuando con apenas 19 años, acabé con la primera etapa de mi vida terrenal; y fue el 27 de Septiembre del año 2010 que nací en el futuro.
Alguien curioso como yo, ha tomado estas apariciones mías en el futuro en algo llamado Fotografías.
Los invito a recorrer mis veinticuatro horas en su Extraño presente…
Estas son las Obras:
Imágenes de la inauguración:
